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EN PRISIÓN TAMBIÉN SE CUMPLEN LOS SUEÑOS




Jose Manuel, quiere que con su blog, se conozca algo tan desconocido como es una prisión o lo que realizan los trabajadores sociales en ella; de modo que, yo como alumna de prácticas de trabajo social voy a dar mi particular visión de estas prácticas.

Así de entrada, el título que le he puesto a este texto, puede que para alguna gente les resulte algo frívolo, partiendo de la perspectiva tan distorsionada que tenemos de los centros penitenciarios. En estos tres meses que ha durado mi etapa de prácticas, he sido testigo de cómo los internos hablaban de que han sido capaces de terminar sus estudios de la ESO, nos contaban que no suelen faltar a clase; también nos dicen, que están muy agradecidos y muy bien consigo mismos porque llevan tiempo sin consumir y son conscientes de lo que han hecho y han perdido por coger el camino incorrecto de las drogas y el alcohol… Desde mi punto de vista, creo y veo que han sido capaces de conseguir cosas que estando fuera de prisión les hubiera resultado difícil o prácticamente imposible (bien porque su entorno no es el más propicio para estar alejados de factores y circunstancias negativas; o bien, porque ni ellos creían en sí mismos). Hablando de sueños, a mí particularmente, también se me ha cumplido el mío de poder hacer las prácticas en un centro penitenciario.

En relación a esto, quiero explicar que cuando he puesto anteriormente la palabra "frívolo", quiero hacer referencia a que, es cierto que si esas personas están en prisión es porque han cometido algún delito y tienen que asumir sus consecuencias y cumplir sus correspondientes condenas; pero, también hay que intentar no caer en comparaciones ‘fáciles’ y simples del tipo ‘es que delinques y encima sales cobrando un subsidio’ o ‘es que mientras estás en la cárcel estás cotizando’; o incluso, también ‘los enfermos en los hospitales pagan por ver la televisión y los presos la tienen gratis’, estos son unos ejemplos de los muchos que todos hemos escuchado alguna que otra vez. A ver, como he dicho antes, los internos se encuentran cumpliendo sus respectivas condenas; por lo tanto, no hay que hacer esas afirmaciones tan a la ligera sin informarse antes, que los centros penitenciarios no son una cadena hotelera (aunque lo crea la gente).

Metiéndonos ya en materia, el 16 de noviembre fue el día en el que empezamos mi compi de prácticas y yo nuestra nueva experiencia. Ni qué decir tiene, que la semana anterior a esta fecha nos sobraban los nervios pero, nos sobraban aún más las ganas y la alegría. Al llegar, Jose Manuel, con ese desparpajo que tanto le caracteriza, nos hizo un completo recorrido por los despachos, nos llevó al módulo de mujeres, al de respeto y al de enfermería para que viésemos cómo eran por dentro. También fue un continuo de presentaciones. Esa mañana, como todas, no paramos de reír (este hombre no tiene remedio, y mejor así, porque llegar todas las mañanas y que por ‘h’ o por ‘b’ siempre te haga reír, es muy de agradecer). Al día siguiente, conocí a Belén, mi tutora, mi gallega; desde un primer momento me explicó que yo poco a poco, acabaría haciendo todo lo que hacen los trabajadores sociales en el ámbito penitenciario; cierto es, que al decirme eso de entrada me dio un miedo y una emoción por dentro que difícilmente se pueda explicar. A día de hoy, que ya está más cerca la fecha para finalizar las prácticas que la fecha en la que comenzamos, puedo decir que sí, Belén tenía toda la razón, he hecho desde ingresos, a atención a liberados condicionales y todo lo que hay en medio (historias sociales, informes sociales, entrevistas a internos y sus familiares, clasificaciones iniciales, participación en el equipo de tratamiento…). No han podido ser unas prácticas más completas y con tanto aprendizaje (no solo a nivel teórico).





En cuanto a los muy necesarios agradecimientos, en primer lugar tengo que dárselos a la primera que conocí, a Mari Carmen (la coordinadora de trabajo social del Acebuche) por confiar desde un primer momento en mí. En segundo lugar, agradecer a Jose Manuel y a Belén que desde la primera vez que nos vimos nos explicaron todo el funcionamiento, el trabajo que desempeñan y mostraron lo grandes profesionales que son. Aunque quien me ha tutorizado las prácticas y la que más me ha tenido que aguantar ha sido Belén, también es obligatorio incluir en estos agradecimientos a las demás trabajadoras sociales, con las cuáles también hemos aprendido muchas cosas. Como es lógico, no puedo pasar por alto el trato recibido por parte de internos, educadores, funcionarios, etc. que siempre nos han alentado y se han puesto a nuestra disposición para resolver cualquier tipo de duda que nos rondara. Resulta difícil de explicar lo que se siente cuando un interno o un familiar de éste, te mira y te dice que aprendamos mucho, que los trabajadores sociales somos muy necesarios y una grandísima ayuda para ellos.

Es bonito y entusiasma ver, que aún se puede confiar en las personas, que hay mucha, muchísima implicación por parte de la gran mayoría de trabajadores que me he encontrado en prisión. Cuando hay implicación, es más fácil que haya reinserción (aunque cada persona es un mundo).

Para finalizar, he de decir que es más importante ser y estar, que parecer. Y yo en un futuro, quiero ser y estar. Empieza el duro camino de las oposiciones, que el que algo quiere, algo le cuesta. Elena, creo que nos volveremos a ver pronto.


PDT: Jose Manuel, no quiero ser más ‘cansosa’, pero gracias por dejarme un ‘peque-huequito’ en tu mega blog para que intente mostrar lo que han sido estos tres intensos meses de prácticas, en los cuáles he sido y he estado. Espero que la próxima vez que nos encontremos pueda decir que ya sí somos compañeros de trabajo.



Nerina R.


                                      Esta foto y algo de música, serán mi aportación personal,
                                                                   y ojo,..
                                                                  ¡a traición!, jajajaja...




Comentarios

  1. Bueno bueno Nerina, el primer comentario desde luego será el mío.
    Primero decirte que ha sido un placer conocerte, que hay talento e ideas claras, a pesar de lo jovencica que eres. Seguramente habrás aprendido bastante más en estos tres meses que en muchas horas y horas de estudio. Eso no lo digo, lo confirmo. Tampoco puedo valorar tu trabajo, pues como tú bien has dicho tu tutora de prácticas ha sido mi compañera Belén, pero se que están bien aprovechadas y muy bien valoradas.
    Por mi parte, contento con vosotras en general, Estefanía (mi alumna) ha sido como una hermana menor que me ha dado muchos consejos a pesar de lo joven que es.
    Me alegra mucho el que te hayas reído bastante, ya que eso hoy en día es un extra que hay que practicar en la medida de lo posible a diario, ya que las desgracias y las historias para no dormir ya las trae esta casa puestas de serie...
    Y si habéis decidido que este es el ámbito en el que os queréis desarrollar como profesionales, ánimo y siempre hacia adelante, aquí estaremos para lo que necesiteis, y creo que en este sentido hablo en nombre de todo el Departamento de Trabajo Social.

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  2. Olé por esas prácticas tan satisfactorias que tanto en lo profesional como en el aspecto humano os han hecho más grandes, queridas alumnas; y no me extraña nada que así haya sido teniendo a diario a vuestro lado el gran equipo de Trabajadores Sociales del Acebuche. Y me es grato saber que además habéis hecho bueno eso que se dice por ahí de... "la letra con sangre no entra", mejor con unas risas y cariño, de eso sé que tambien entiende esa gente de la cárcel...

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    1. Olé a tí también por esas palabras tan alentadoras que nos dedicas y que yo transmitiré al Departamento de Trabajo Social al completo de tu parte. Efectivamente hay muchas risas, pero también bastante seriedad y rigurosidad cuando la situación lo requiere.
      De nuevo, muchas gracias, gran profesora y mejor amiga...

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