Ayer nos comentaba nuestra Subdirectora de Tratamiento que venían alumnos del Grado de Educación Social de la Universidad de Almería a realizar prácticas en nuestro centro de trabajo. Comentábamos quienes podiamos hacernos cargo de la tutorización de estos alumnos, los Educadores de la prisión o nosotros los Trabajadores Sociales, finalmente quedo la cosa en un fifty-fifty.
Dentro de lo que es mi bagaje profesional empecé trabajando como educador de menores y menores extranjeros no acompañados en diferentes centros, en los cuales a veces me sentía algo frustrado pues encontraba que con mi formación universitaria no bastaba para desempeñar las funciones encomendadas y es que me faltaba algo en la parte "Educativa" aunque controlaba a la perfección la "Social".
Mi sorpresa mayúscula viene cuando me incorporo al Centro Penitenciario de Fontcalent en Alicante (de los que guardo estupendos recuerdos). Allí me inserto en un amplio grupo de profesionales del área de Tratamiento. Me llama poderosamente la atención el número tan elevado de Educadores que había allí cuando del resto de profesionales éramos mucho menos.
Primera sorpresa! no tenían la titulación de Educación Social, cosa que ya me extrañaba, al ser esta una profesión muy joven y ver a personas de una edad bastante mayor a la mía. Y es que en los centros penitenciarios hay tanto educadores del grupo B como del C y con titulaciones universitarias tan dispares como Licenciados en Derecho, Magisterio,....e inclusive sin estudios universitarios, solamente con el Bachillerato (ese que estudiábamos antes de que nos volviesen locos cambiando las leyes educativas cada dos por tres).
Y es que ser Educador en una prisión viene dado tras aprobar las opsiciones de vigilancia, para posteriomente concursar a estas plazas, si te interesa claro! Luego se realiza un curso formativo por parte de la DGIP (la Dirección General de Instituciones Penitenciarias) en Madrid y listos para "educar".
No quiero polemizar con este colectivo, el cual creo que realiza una función importantísima y fundamental dentro de la vida diaria de módulo penitenciario. Creo que el término más adecuado para estos trabajadores, y como bien me ha iluminado una de mis compañeras (no quieren que las nombre, no lo entiendo pero lo respeto), sería más bien "monitores de conducta" o algo análogo. El educador de prisiones sobre todo informa, observa y trabaja con el interno en el ámbito penitenciario siendo una especie de intermediario entre el preso y el resto de la institución, pero deja atrás la vertiente social que une al usuario con su familia, la comunidad en la que está inserto y el resto de la sociedad global.
Es necesario que un Educador lo sea de formación, porque ya de vocación sería mucho pedir.
Yo pienso que ambas figuras podrían enriquecer mucho los acuerdos adoptados en la Junta de Tratamiento y la vida diaria en un módulo cualquiera, aunque también sé que esto es algo materialmente imposible actualmente tanto por falta de cuartos como por voluntad política.
¿Y tú que piensas?
Dentro de lo que es mi bagaje profesional empecé trabajando como educador de menores y menores extranjeros no acompañados en diferentes centros, en los cuales a veces me sentía algo frustrado pues encontraba que con mi formación universitaria no bastaba para desempeñar las funciones encomendadas y es que me faltaba algo en la parte "Educativa" aunque controlaba a la perfección la "Social".
Mi sorpresa mayúscula viene cuando me incorporo al Centro Penitenciario de Fontcalent en Alicante (de los que guardo estupendos recuerdos). Allí me inserto en un amplio grupo de profesionales del área de Tratamiento. Me llama poderosamente la atención el número tan elevado de Educadores que había allí cuando del resto de profesionales éramos mucho menos.
Primera sorpresa! no tenían la titulación de Educación Social, cosa que ya me extrañaba, al ser esta una profesión muy joven y ver a personas de una edad bastante mayor a la mía. Y es que en los centros penitenciarios hay tanto educadores del grupo B como del C y con titulaciones universitarias tan dispares como Licenciados en Derecho, Magisterio,....e inclusive sin estudios universitarios, solamente con el Bachillerato (ese que estudiábamos antes de que nos volviesen locos cambiando las leyes educativas cada dos por tres).
Y es que ser Educador en una prisión viene dado tras aprobar las opsiciones de vigilancia, para posteriomente concursar a estas plazas, si te interesa claro! Luego se realiza un curso formativo por parte de la DGIP (la Dirección General de Instituciones Penitenciarias) en Madrid y listos para "educar".
No quiero polemizar con este colectivo, el cual creo que realiza una función importantísima y fundamental dentro de la vida diaria de módulo penitenciario. Creo que el término más adecuado para estos trabajadores, y como bien me ha iluminado una de mis compañeras (no quieren que las nombre, no lo entiendo pero lo respeto), sería más bien "monitores de conducta" o algo análogo. El educador de prisiones sobre todo informa, observa y trabaja con el interno en el ámbito penitenciario siendo una especie de intermediario entre el preso y el resto de la institución, pero deja atrás la vertiente social que une al usuario con su familia, la comunidad en la que está inserto y el resto de la sociedad global.
Es necesario que un Educador lo sea de formación, porque ya de vocación sería mucho pedir.
Yo pienso que ambas figuras podrían enriquecer mucho los acuerdos adoptados en la Junta de Tratamiento y la vida diaria en un módulo cualquiera, aunque también sé que esto es algo materialmente imposible actualmente tanto por falta de cuartos como por voluntad política.
¿Y tú que piensas?
Que razón tienes. Por eso no entiendo a los educadores sociales, a veces compiten con los trabajadores sociales por hacerse un hueco en los diferentes ámbitos profesionales en los que coincidimos, sin embargo, no reclaman su parcela en las prisiones, un campo de actuación para el que han recibido formación y están cualificados. Ellos son los más interesados en reclamar a sus respectivos colegios profesionales que, de una vez por todas, entren en estas instituciones.
ResponderEliminarNo sé que pensar, yo no tengo claro el papel del educador social en prisiones, tal y como yo conozco el trabajo en prisiones. Su trabajo sería muy parecido al nuestro y eso crearía un montón de conflictos ( si te lees las funciones de los educadores sociales la mayoria son iguales que las nuestras) y con respecto a los educadores de prisiones, ya hemos hablado del tema y es que yo creo que su papel dentro de la institucion no tiene nada que ver con las funciones de un educador social, su papel es distinto por eso pienso que la cuestión está en el nombre de ese puesto de trabajo.Saludos2 maricacharros.
ResponderEliminar¡TÚ SI QUE VALES!
ResponderEliminarTotalmente de acurdo contigo Jose y con Elena también, los educadores deberían orientarse hacia todas las áreas del interno/a y no solamente a su vida en prisión. No solamente sería favorable para la toma de decisiones del equipo sino para el interno/a que al final son los que importan.. Un triple yeahhh para ti!! :P
ResponderEliminarLos educadores estan pá educar no pá hacer papeleo, buscar prestaciones, ....la dimensión formativa es su especifidad, otra cosa es colaboral intra y multiprofesional, la asignacion d tutores-mentores- que habría que estudiar caso a caso. por cierto me vale para maestros,psicolog., monitoree, .....
ResponderEliminarJustamente esa labor educativa es en la que yo veo algunas lagunas en nuestro sector, quizás por falta de "formación adecuada", quizás por falta de interés, quien sabe. Tampoco es la generalidad afortunadamente. Gracias por tu comentario. Un saludo.
EliminarSoy educador en un centro penitenciario desde antes de crearse el grado de educador social, de hecho fui el primer tutor de la primera promoción en España y es cierto lo que decís y dice este articulo pero una cosa está clara, el educador de prisiones estuvo antes del educador social y tal vez quien debería llamarse de otra manera son estos últimos. Ahora, para no entrar en polémicas os digo una cosa, por mi experiencia, esta mal que un funcionario de vigilancia pase a ser educador, sin haber cursado antes el grado (promoción interna) y sobre todo el futuro es que entren directamente de la calle por oposición. En cuanto a la relación con la familia, aquí en prisiones la realizan los trabajadores sociales (antiguos "asistentes" sociales), a estos también les cambiaron el nombre.
ResponderEliminarPara mí es muy diferente el trabajo de un educador de instituciones penitenciarias y de un educador social. El bagaje y el conocimiento del medio penitenciario, la experiencia previa directa del área de vigilancia y el trato con los internos es un gran activo de los educadores de instituciones penitenciarias, que les hace conocer el mundo penitenciario en profundidad. La formación interdisciplinar que tienen, además, y la experiencia vital, ya que son puestos costosos de conseguir , que requieren antigüedad y experiencia, son un activo impagable. En mi centro los educadores sociales son los antiguos monitores ocupacionales, que les convalidaron a educadores sociales por ley. Hacen otras labores, de actividades y talleres. Y colaboran como n los educadores penitenciarios, que son la bisagra del equipo de tratamiento, formado por psicólogos, trabajadores sociales y educadores penitenciarios, nexo de unión entre todos los profesionales y los internos. Creo que es una cuestión de nomenclatura. Sí quieren llamarlos coordinadores de tratamiento, por ejemplo, perfecto. Esa es la labor que hacen.Nafie conoce a internos, técnicos, funcionarios y equipos directivos como ellos. Pieza esencial por su multifacetica experiencia en la institución penitenciaria. Los educadores sociales son otra cosa y tienen otras funciones. Y creo que se equivocan polemizando con esto. Resulta un poco prepotente y gratuito su ataque
ResponderEliminarBuenas tardes Blanca, primero de todo pedir perdón por la tardanza en contestar y es que tengo muchos frentes abiertos y este blog algo dejado...
EliminarTal vez no me has entendido bien, y como digo en la entrada (que tiene muchos años) a día de hoy, sigo pensando más o menos lo mismo, que la figura del Educador es clave e importantísima, pero la de un Educador Social también es vital en un Equipo de Tratamiento y debe ser realizada por un Educador Social, no por un monitor ocupacional... Y por supuesto, convivir y trabajar ambas figuras dentro del Equipo de Tratamiento, esto sería ideal...
Para finalizar, decirte que no creo que nos conozcamos personalmente, pero si me conocieses un poco, mi prepotencia oscila entre 0 y nada... Jajaja...
Un saludo y perdona otra vez ;)