La primera vez que tuve que entrevistar a un penado por delito de terrorismo, confieso que me sentí algo cohibido ya que todas las compañeras me dijeron que seguramente no querría hablar nada conmigo y que solían ser bastante esquivos y opacos a la hora de dar cualquier información y mucho menos hablar de su entorno familiar y social.
Llego al módulo y le llamo para que venga. A primera vista me impactan sus rasgos físicos, parece más bien nórdico, los ojos muy azules que me escrutan como sí estuviesen viendo a un bicho raro. El usuario está igualmente extrañado de que lo esté llamando y de primeras me dice que no hace falta hablar de nada, ya que por mucho empeño que yo ponga en ayudarle, su caso lo gestiona directamente Madrid, a lo que le contesto aparentando más mal que bien no estar molesto con este comentario, que mi misión no es ayudar a nadie sino intervenir, y en este caso en particular, informar de su situación familiar (a Madrid).
Iniciamos una conversación de lo más normal y educada, donde este interno empieza a contarme de manera mucho más a fondo su extraña situación familiar y la preocupación que tiene por la salud inestable de una madre muy mayor así como de un hijo recién nacido con problemas tras el parto.
Durante esta entrevista observo como el funcionario de vigilancia se asoma de vez en cuando tras el cristal, para posteriormente comentarme que cual era el tema del que estábamos hablando, ya que les resulta harto extraño tanto a éste como al Educador del Módulo en cuestión que este tipo de internos hubiese accedido a entrevistarse conmigo de la manera más normal: "pues eso, les dije, tratándolos con absoluta normalidad, no dejan de ser internos condenados al igual que el resto de los que tenemos en estas casas".
Esta anécdota no deja de ser eso mismo, una anécdota que me llamó mucho la atención, ya que lo normal en ellos o ellas, es el hermetismo más absoluto.
Después de los años que llevo trabajando con infinidad de rasgos de personalidad tan dispares, he llegado a la conclusión de que la mente de este tipo de internos está programada desde la infancia con una serie de idearios y actitudes difíciles de encasillar dentro de las más variopintas psicopatologías, e incluso, porqué no, no presentar ninguna. La predisposición innata a la violencia tampoco me convence, ya que una persona que pierde el control fácilmente no creo que sirva para ser reclutado por organizaciones que planifican minuciosamente todas sus acciones. Algo desconcertante, la verdad.
No sienten ningún tipo de empatía hacía el dolor o sufrimiento que hayan podido generar en las víctimas, siendo estas más objetos que personas. Sin embargo, sí que existen sentimientos hacía el resto de ámbitos que rodean sus vidas, hacia su familia y hacia el resto de su comunidad (no olvidemos que su lucha no es causada por un motivo personal).
Desde mi humilde punto de vista, creo que en la "mayoría" de casos referentes al terrorismo islámico más radical, será la juventud el quid de la cuestión. En una etapa vital ya de por sí rebelde, sumémosle una socialización influida por la pertenencia a grupos influyentes, una infancia y una juventud en ambientes marginales que quizás tampoco les depare mucho futuro.
El sentirse perdido en una juventud sin salidas o alternativas, desapareciendo de la red social debido a que sencillamente no ha podido integrarse dentro de esta, puede ser en algunos casos más que suficiente para el inicio de este tipo de actividades. Y si estas perdido dentro de una sociedad que te excluye, imaginarios lo que es sentirse excluido dentro del submundo penitenciario, "carne de cañón", vamos.
Suelen ser varones de edades muy jóvenes, dos factores claves que determinan una mayor agresividad, una mayor disponibilidad de tiempo al igual que una mayor predisposición a enfrentarse a grandes riesgos, al no tener ningún tipo de carga familiar que los haga recapacitar en menor o mayor medida. El papel de la mujer es siempre inferior al del hombre, y ya si hablamos del terrorismo islámico "apaga y vámonos".
La teoría que más me convence es la "finalista". Tan sencilla como considerar las ventajas o beneficios que creen que van a obtener perteneciendo a tal organización. No me estoy refiriendo solamente a beneficios pecuniarios, sino que habrá otro tipo de motivaciones quizás más idealistas o místicas que los hagan posicionarse en este tipo de posturas tan drásticas.
Hace unos días escribía acerca de las frases que nos remueven las entrañas últimamente en forma de hahstag, y me despedía con el convencimiento de que en breve aparecería otra grave noticia con frase incluida, et voíla!, y nunca mejor dicho: #jesuisCharlie, revolucionando aún más, las ya de por sí revolucionadas redes sociales, sacando a la calle a políticos que aprueban leyes mordaza para defender la libertad de expresión (hay que joderse), manifestaciones y tiradas de ejemplares millonarias,... Pero eso sí, de las niñas nigerianas ni rastro.
Sin embargo, personalmente me quedo con #islamispeace. Lo llevaba una chica en un folio en una pequeña manifestación de islamistas en Madrid, preocupada por los posibles brotes de islamofobia que estos terribles atentados pudiesen producir en la sociedad. Después de los gravísimos atentados a escala hollywoodiense que sufrimos en 2004 y la respuesta solidaria tan moderada y educada con la que reaccionó la población española, confío o quiero creer que nos mantendremos en esta misma tónica.
Y vamos a ser sensatos, al igual que en todas las casas, en todas las religiones hay algún cuadro daleao (refrán andaluz)...
Hasta pronto y Paz a todos.
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Llego al módulo y le llamo para que venga. A primera vista me impactan sus rasgos físicos, parece más bien nórdico, los ojos muy azules que me escrutan como sí estuviesen viendo a un bicho raro. El usuario está igualmente extrañado de que lo esté llamando y de primeras me dice que no hace falta hablar de nada, ya que por mucho empeño que yo ponga en ayudarle, su caso lo gestiona directamente Madrid, a lo que le contesto aparentando más mal que bien no estar molesto con este comentario, que mi misión no es ayudar a nadie sino intervenir, y en este caso en particular, informar de su situación familiar (a Madrid).
Iniciamos una conversación de lo más normal y educada, donde este interno empieza a contarme de manera mucho más a fondo su extraña situación familiar y la preocupación que tiene por la salud inestable de una madre muy mayor así como de un hijo recién nacido con problemas tras el parto.
Durante esta entrevista observo como el funcionario de vigilancia se asoma de vez en cuando tras el cristal, para posteriormente comentarme que cual era el tema del que estábamos hablando, ya que les resulta harto extraño tanto a éste como al Educador del Módulo en cuestión que este tipo de internos hubiese accedido a entrevistarse conmigo de la manera más normal: "pues eso, les dije, tratándolos con absoluta normalidad, no dejan de ser internos condenados al igual que el resto de los que tenemos en estas casas".
Esta anécdota no deja de ser eso mismo, una anécdota que me llamó mucho la atención, ya que lo normal en ellos o ellas, es el hermetismo más absoluto.
Después de los años que llevo trabajando con infinidad de rasgos de personalidad tan dispares, he llegado a la conclusión de que la mente de este tipo de internos está programada desde la infancia con una serie de idearios y actitudes difíciles de encasillar dentro de las más variopintas psicopatologías, e incluso, porqué no, no presentar ninguna. La predisposición innata a la violencia tampoco me convence, ya que una persona que pierde el control fácilmente no creo que sirva para ser reclutado por organizaciones que planifican minuciosamente todas sus acciones. Algo desconcertante, la verdad.
No sienten ningún tipo de empatía hacía el dolor o sufrimiento que hayan podido generar en las víctimas, siendo estas más objetos que personas. Sin embargo, sí que existen sentimientos hacía el resto de ámbitos que rodean sus vidas, hacia su familia y hacia el resto de su comunidad (no olvidemos que su lucha no es causada por un motivo personal).
Desde mi humilde punto de vista, creo que en la "mayoría" de casos referentes al terrorismo islámico más radical, será la juventud el quid de la cuestión. En una etapa vital ya de por sí rebelde, sumémosle una socialización influida por la pertenencia a grupos influyentes, una infancia y una juventud en ambientes marginales que quizás tampoco les depare mucho futuro.
El sentirse perdido en una juventud sin salidas o alternativas, desapareciendo de la red social debido a que sencillamente no ha podido integrarse dentro de esta, puede ser en algunos casos más que suficiente para el inicio de este tipo de actividades. Y si estas perdido dentro de una sociedad que te excluye, imaginarios lo que es sentirse excluido dentro del submundo penitenciario, "carne de cañón", vamos.
La teoría que más me convence es la "finalista". Tan sencilla como considerar las ventajas o beneficios que creen que van a obtener perteneciendo a tal organización. No me estoy refiriendo solamente a beneficios pecuniarios, sino que habrá otro tipo de motivaciones quizás más idealistas o místicas que los hagan posicionarse en este tipo de posturas tan drásticas.
Hace unos días escribía acerca de las frases que nos remueven las entrañas últimamente en forma de hahstag, y me despedía con el convencimiento de que en breve aparecería otra grave noticia con frase incluida, et voíla!, y nunca mejor dicho: #jesuisCharlie, revolucionando aún más, las ya de por sí revolucionadas redes sociales, sacando a la calle a políticos que aprueban leyes mordaza para defender la libertad de expresión (hay que joderse), manifestaciones y tiradas de ejemplares millonarias,... Pero eso sí, de las niñas nigerianas ni rastro.
Y vamos a ser sensatos, al igual que en todas las casas, en todas las religiones hay algún cuadro daleao (refrán andaluz)...
Hasta pronto y Paz a todos.
Gran artículo en un momento en que parece que muchos han perdido la cabeza con esto del 'terrorismo'...
ResponderEliminarMuchas gracias por comentar.
EliminarEfectivamente, hay que tomar las cosas con calma. Se producen a diario actos terroristas en muchísimos ámbitos de la vida diaria y privada de los que nadie se entera y con los que nadie se manifiesta ni defiende....
Un saludo
Muy bueno, me ha gustado mucho. El problemilla está en que en el islamismo hay muuuuchos cuadros daleaos.
ResponderEliminarUn beso de maricacharros.
Gracias María José! Es verdad que hay muchos, pero en todos lados, en todas las religiones y ámbitos. Al igual que creo que contener esto va a ser muy muy complicado.... Un besico
EliminarMuy buen post :). Creo que en España nos podemos dar con un canto en los dientes de no tener más grupos de estos y bandas callejeras haciendo de las suyas, teniendo en cuenta la cantidad de gente joven que se tienen que sentir como que la sociedad les ha dado la espalda. Supongo que el apoyo familiar es importante aquí.
ResponderEliminarPues me temo Carolina que sí que tenemos grupos de estos, la amenaza es bastante creíble y real.
EliminarEs complicado conocer las causas reales que llevan a una persona a cometer este tipo de actos fan irracionales.
Saludos ;)
Te admiro por lo que cuentas de tu trabajo. Para una persona que le cuesta ser objetivo, como yo, en estos casos, es difícil poder sonreír o ser amable con este tipo de personas. No me gusta que se tomen una justicia injusta por su mano y sin elegir, ni siquiera, que a quién van a asesinar piensen o no igual que ellos. Hay personas que no tienen culpa y otras que, aunque teniéndola, tampoco se merecen un final a bocajarro. Me pregunto si cambiarían su rumbo por otro camino que nno fuera el de la violencia y la sangre. Rectificar es de sabios, no??
ResponderEliminarEn nuestro trabajo la subjetividad y la opinión personal que nos merezcan unas u otras personas, debemos dejarla de puertas hacia fuera y de puertas adentro tratar atender a todos los usuarios por igual. Estoy contigo en que por la vía de la violencia y el terror no se llega a ninguna parte. Y no creas, para intervenir no hace falta ser amable ni sonreírle a nadie al que no te apetezca sonreír, vale con ceñirte a tu trabajo y punto...
EliminarSaludos.
Felicidades Jose Manuel! una vez más estamos totalmente de acuerdo, y si quieres un día te cuento mi experiencia personal en el conocimiento de un terrorista, y de momento te digo que cumple el perfil que anteriormente as descrito muy bien. Todos deberíamos reflexionar sobre el papel de las segundas y terceras generaciones en nuestra sociedad. Soy musulmana, no islamista (término acuñado por occidente para darle una connotación negativa y ayudar a olvidar que la palabra Islam significa PAZ). Una vez mas enhorabuena por el articulo!!! Deseando q después de las elecciones se produzca una convocatoria como Dios manda!!
ResponderEliminarMuchas gracias Debora, cuando quieras me lo puedes contar, creo que estaría muy bien conocer este tema desde tu personal punto de vista. Y por de la convocatoria, esperemos que pronto salga algo de verdad, a ver si en estas casas se va renovando el personal con savia nueva. Saludos!!!
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