Ir al contenido principal

PALABRAS



Seguro que tu mismo/a en tu vida diaria, con tu familia, en el trabajo o en cualquier faceta del día a día has tenido problemas o has pasado un mal trago por falta de una comunicación efectiva. No paramos de hacernos eco de lo importantes, lo revolucionarias que han sido las nuevas formas de relacionarse y de las noticias y eventos en tiempo real. Que conste que yo soy fan número uno, pero ¿donde está el equilibrio entre ambas? Y es que la comunicación tradicional del boca a boca y la forma de relacionarnos ha cambiado de manera vertiginosa.

Cuando estudiábamos Trabajo Social era unos de los puntos clave a la hora de interaccionar con un usuario: veracidad, concisión,… Necesitábamos por tanto conocer cómo comunicarnos mejor y de forma más efectiva, evitar las dificultades que pudiesen crearnos las barreras en la comunicación, establecer una empatía (de las buenas, no forzada ni falsa) y dominar los contenidos de los que estamos hablando. 
Como buenos profesionales estaríamos capacitados para propiciar la participación de otros y así actuar en procesos y/o proyectos transformadores de la comunidad y del resto de la sociedad además de ser acompañante o representante de estos ante las instituciones.
La observación es otro de los pilares fundamentales a la hora de intervenir y debe ir directamente relacionado con lo anterior.













Y después de toda esta retahíla que bien podría ser un corta y pega de los apuntes de primero de carrera, la cuestión que yo me planteo es si este tipo de comunicación está cada vez más en deshuso para dar más valor a la comunicación tras la pantalla de un portátil o un teléfono.


Afortunadamente para mí, el trabajo en prisión a día de hoy, todavía se realiza cara a cara con el interno o usuario y su familia, y con un papel y bolígrafo como instrumentos. Y es que lo que caracteriza a estas personas, y las demandas más comunes, son la falta de información u orientación en todo lo relativo al cumplimiento de una condena y de las consecuencias que acarrea su entrada en prisión para su familia. La familia también está falta de información, al ser para la mayoría de personas un medio hostil que genera miedo (en general todo lo desconocido genera miedo, rechazo y prejuicios). Y aquí es donde tendríamos esa función fundamental de cara a tranquilizar, conocer, ser propiciadores de cambios y mediar entre ellos y el resto de instituciones, a las que tal vez, si no es por nuestra intervención o mediación ellos jamás accederían (muchas veces porque ni siquiera saben que existen).


Ahí está el valor de la PALABRA, de la de toda la vida, de la que no debe perderse, de ese acuerdo tomado con un apretón de manos,…. Y es que, una palabra que se diga, o que se obvie, puede producir cambios tanto positivos como negativos e incluso devastadores en quien está enfrente. Y por supuesto HECHOS, esto es, obrar en consecuencia.

Por esto, un consejo, intentad meditar un poco lo que decís, no habléis impulsivamente o sin control, como me pasa a mí a veces, por ejemplo, ya que esto te podrá acarrear más de un disgusto (por experiencia) con las personas que quizás tengas menos intención de herir o perjudicar 

Control, control,...... Aplícate el cuento Jose Manuel.


 




Comentarios

  1. Qué importante es la palabra, desde luego que sí. Tienes mucha razón, nos estamos acostumbrando demasiado a escribir, eso nos da más tiempo para pensar lo que escribimos y cómo lo escribimos. Al enfrentarnos a la palabra hablada el asunto cambia, no podemos perder la costumbre del cara a cara, menos aún quienes nos dedicamos al Trabajo Social y a la relación directa.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Admito críticas de todo tipo, no te cortes....

Entradas populares de este blog

HOLA

¡Hola a todas y a todos! Después de unos meses de sequía mental, intelectual, o simplemente, pereza o hartazgo (desde el respeto a todos los que generosamente me leen), quiero intentar reflotar de nuevo este blog.  Es cierto que he tenido la sensación en los últimos tiempos que la figura de "blogger" se desvirtuaba. La gente se ha puesto a escribir posts desde la ignorancia y en "modo automático": consejos y reflexiones de todo tipo: cocina, moda, viajes, psicología,...., mucho, bajo mi humilde punto de vista, con poca calidad y mínimo tiempo de preparación. La mayor parte de ellos parecen la versión on line de artículos de revistas como "Mía" o "Salud al día", baratos, vacíos, viejos, repetitivos, poco novedosos, etc..., con lo cual, tuve un momento de parar y reflexionar a cerca de mi aportación al trabajo social desde esta ventana: el blog.  Como ese paréntesis de barbecho bloguero ya se ha cerrado, tengo que anunciaros que vuelvo (como...

El mito de la pastilla de jabón que siempre termina cayéndose...

Este post es el fruto de un vis a vis entre diferentes perspectivas sobre un mismo tema, la de una sexóloga y la mía.  La cárcel es un medio dicotómico en cuanto a la sexualidad se refiere. Por un lado es un inmenso caldo de cultivo para las bajas pasiones, y sin embargo, el régimen penitenciario es el antilíbido más potente por sus lógicas reglas y normas que rigen la convivencia en el interior. Y es que ojalá todos fuéramos Christian Grey y nuestro sexo no tuviera fronteras ni reglas, pero esto no sería tampoco natural, y menos en la prisión, en la que las relaciones sexuales son todo, menos espontáneas, ya que se solicitan con un mes de antelación en lo que se llama "vis a vis íntimo". Si hablamos de tensión, también podemos referirnos a la propia tensión sexual no resuelta. La cárcel es un lugar lleno de seres humanos, de un sexo y del otro, de muchas y variopintas inclinaciones sexuales, parafilías, con represión, pero con mucha imaginación,..., y  ciento...

8M

  Las compañeras del Centro Penitenciario de Topas (Salamanca) han hecho un muy buen trabajo... Nos presentan a dos mujeres empoderadas que han hecho historia y han sido claves: Victoria Kent y Concepción Arenal. 💪💪 Enhorabuena chicas, y ahora con vuestro permiso...

Como explicar que es el subsidio por excarcelación y no morir en el intento...

Cuando se sale de prisión, es evidente que reanudar una vida más o menos ordenada y el afrontar los primeros gastos tras la excarcelación puede ser complicado y asfixiante  para alguien que sale con una mano atrás y otra delante, como decimos por aquí. Si ya cuesta encontrar trabajo a cualquiera, imaginaos cuando se está estigmatizado socialmente. En una de las clases donde expuse cuestiones relativas al trabajo social penitenciario en la Facultad de Trabajo Social de la UAL, al llegar al punto referente a este tipo de ayuda asistencial, algunos alumnos discutían conmigo como era posible dotar de una ayuda a personas que han cumplido una condena, viendo estos la ayuda más como una recompensa por sus malas acciones hacia el resto de la sociedad que como un castigo. Daban por hecho que muchos usuarios cometerían ciertos delitos pequeños con el objetivo de luego vivir subvencionados.  De manera surrealista asentía incrédulo a estas críticas, pensando sí en vez de estud...