Acabo de recibir un correo electrónico de parte de Colegio de Trabajadores Sociales acerca de la nueva ley de Servicios Sociales de Andalucía. Recordemos que la actual ley es de 1988 (Ley/1988 de 4 de Abril) y ha llovido algo desde entonces. La realidad social actual creo que no se adapta a como estaba Andalucía hace más de veinticinco años, además habrá que afrontar un futuro convulso y bastante incierto para este sector.
En el mensaje se nos insta y se nos invita a participar como técnicos a pie de calle y como conocedores de la actual realidad social, de las demandas y problemáticas existentes en nuestra comunidad para elaborar las bases y parte del contenido de la nueva ley de Servicios Sociales andaluza. La cita está prevista para primeros de Abril en el Parlamento Andaluz. La idea me ha parecido fenomenal y se me ha encendido una luz en esta "cabecica que no para de reinar" (expresión totalmente andaluza).
¿Participamos cuanto deberíamos en los asuntos que nos importan o nos preocupan?
Creo personalmente que sí, sobre todo en los asuntos más domésticos, en los referentes a la educación de nuestros hijos e hijas, a nivel asociativo, también a nivel cultural, de tradiciones, fiestas... pero en otras cuestiones que son aún más relevantes y de mayor calado ¿estamos involucrándonos y participando activamente?
Yo no sé como lo veréis vosotros, la verdad es que las redes sociales suelen ser bastante críticas con muchos temas que suscitan cierta sensibilidad social, pero es que es tan fácil dar a un "me gusta", "retuitear" algo o compartirlo, e incluso soltarte la parrafada como lo estoy haciendo yo ahora mismo. Antiguamente en este país, se arreglaba el mundo igualmente, pero ante una cerveza o un café en el bar de turno. Hoy se hace ante cualquier pantalla, preferentemente táctil.
Que conste que estoy realizando un autoexamen y una autocrítica personal. Hoy en día prima el individualismo y el mirar hacia otro lado cuando no nos interesa lo que se discute. Veo que nos implicamos cuando ya no nos queda más remedio, porque nos afecta en primerísima persona. Es así, cuando reaccionamos, y eso me preocupa.
Cuando hay que quejarse en la calle por leyes o hechos que minan nuestros derechos más básicos, tengo la impresión de que quienes se manifiestan son siempre los mismos.
Se percibe una especie de miedo inducido, como el de los ratones en los rudimentarios experimentos de psicología.
Mañana está prevista la marcha por la dignidad, donde confluirán muchas marchas que ya han salido hacia Madrid desde múltiples regiones españolas. Su lema: "pan, trabajo y techo", lo más básico que debe tener una persona.
No hace falta salir a la calle a gritar el descontento general (¿o quizás sí?), hay que hacerlo de la forma más democrática que tenemos, votando.
Votando a quién responsablemente creas que mirará por el interés general y por el bienestar social. De nada servirá que te quedes en casa retuiteando o criticando a unos y a otros "porque todos son iguales".... ¿Os suena la expresión?
Y es que las soluciones pasan por manos políticas, nos guste o no... Aunque a lo largo de la historia pequeños gestos o acciones puntuales han sido generadoras o propiciadoras de grandes cambios sociales.
Este video preparado para celebrar el Día Internacional del Trabajo Social es una muestra de la participación por parte de compañeras y compañeros de esta joven y digna profesión. Aparecen tanto amigas como conocidos y conocidas virtuales... Enhorabuena y felicidades a todas y a todos.
¡Cuánta razón llevas! Con tu permiso, comparto el post en mi página de Facebook para que mis compañeros puedan leerlo.
ResponderEliminarSaludos.
¡No necesitas permiso alguno! Gracias por tu interés. Un saludo...
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